viernes, 18 de marzo de 2016

Número 45

Me enamoré en Enero
Creí que los veintidós eran suficientes, y los lancé hacia el cielo.
Jamás quise
que se encontraran con el suelo.

Me enamoré sin tiempo
Con tres horas de sueño, como si lo eterno fuese mi dueño.
Y quise
sólo
que sea verdadero.

Me enamoré de su sonrisa
danzaba en el río, y se inclinaba hacia arriba.
Me transportaba
a su universo de morfina.

Me enamoré con el cuerpo
Cuando creí que los cuarenta y cuatro eran suficientes,
Cuando sabía perfectamente que a eso no había ido hasta allá,
Cuando le pregunté si podía regalárselo,
Cuando quise que le pertenezca,
Eternamente.

Me enamoré,
Incluso cuando se fue sin avisar
Incluso cuando no quiso besarme y atravesó mi puerta
Incluso a kilómetros que desafiaban la física
Incluso cuando creí que no tenía lógica
Incluso cuando conté nuestros días
y alcanzaban los dedos de mis manos

Me enamoré
Aún sin saber qué significa eso
Cómo afirmarlo o no
-Bajo qué parámetros de comparación por ejemplo-

Y él se enamoró también 
nos amamos tanto 
que lo escribimos en nuestra piel. 

Y es que cuando cierro los ojos lo veo,
y no dejo de mirarlo,
él no habla
pero yo lo observo.

Como lo hice cada mañana de Enero,
como muero de ganas de volver a hacerlo,
como lo haría hasta mi entierro,
como lo extraño siempre que mis ojos cierro.



Antes los cerraba
Y él me besaba...

Cómo me gustaba que me bese. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

Vida

Ni la tormenta eléctrica, 
esa que hizo temblar los vidrios como si fuesen un papel descartable. 
Ni el relámpago,
aquel que pretendía enceguecer con su presencia.
Ni la lluvia, 
esa barata imitadora del reflejo de mis lágrimas huyentes.

Ni la ausencia,
de mi mano derecha, 
de alimento,
de mi vieja,
de mi voz,
de ropa limpia,
de un hombre,
de un remedio,
de una solución.

Ni el encierro entre las paredes de la impotencia, 
Ni la falta de aire por una explosión constante.
Ni el cansancio amenazado por horas de terribles sueños 
que terminaban siendo noches en vela.

Ni el fracaso,
Ni la inseguridad, 
Ni la soledad,
Ni la enfermedad,
Ni el doble fracaso,
Ni la distancia,
Ni el frío,
Ni el dolor

Ninguno. Ninguna. 

Porque preside el coraje.  
Porque preside la fuerza. 
Porque preside
la interminable lucha,
esa que llamo 

"vida"

lunes, 7 de septiembre de 2015

En septiembre me besé el alma

en septiembre 
me besé el alma

besé mi alma para jamás volver a lavar sus pies
estrellé mi frente y mi credulidad 
desaté mis manos y enredé mi pelo 
comprendí y abracé a la soledad

besé mi alma con amor 
besé mi alma entre lágrimas
besé mi alma en sexo salvaje 

quise que tantos la besen
como regalándola ciegamente al infinito
como si la cambiara por mis ojos

la lastimé también, dolió (a veces sigue doliendo)
la lastimaron
le dieron batalla
dolió

aprendí que es de diamante 
que sólo puede romperse si se lo permito
que es indestructible 
que tiene la fuerza de la peor tormenta
que tiene la sensibilidad del cristal 

y ahí me encontré, 
como y donde creí que nunca iba a estar

porque aprendí que los besos provenían de mí
sólo de mí
ni de él, ni de aquel, ni de ella

porque hoy 
no sólo la miro, la sufro, la encierro, la protejo, la alimento
(...)

hoy le hago el amor todas las mañanas
hoy la enamoro con mi música cada minuto

hoy, 
en otro septiembre
me beso el alma


jueves, 30 de julio de 2015

Des-espera

A quien al despertar me enorgullezca observar con los ojos entreabiertos
las luces entrando a través de una persiana intentando penetrar su piel.
A quien se desviva por abrir mi mente, mi alma, mis piernas, 
mi orgullo como un candado, mi boca enfurecida.
A quien me desafíe a conquistar la monótona rutina e invitarla a bailar,
A quien me prohíba la estabilidad pero me abrace en el equilibrio. 

Quien desee como fundamento del erotismo hacerme el amor con la ropa puesta,
Quien quiera hundirse en mi océano de lágrimas 
hospedándose a voluntad en la rehabilitación de mis sueños frustrados. 

Quien anhele como única condición escucharme cantar antes de dormir,
Quien realmente comprenda el efecto sorpresa 
como un grito desgarrador lanzado hacia el vacío infinito. 

A quien utilice sus brazos bajo la promesa jurada de jamás permitirme caer; 
abrazando además mi pasado, aceptando incontables historias dentro mis márgenes de error. 
A quien pueda pedirle ser para él lo que la Maga para Julio, Beatrice para Dante. 

Aquel que no solicite estabilidad emocional o mental para morir por mí
Aquel que trame una necesidad constante de compañía
Aquel que tema que algún día no esté a su lado
Aquel que agonice en una fidelidad placentera
Aquel que me enseñe lo que no sé
Aquel que se equivoque 
Aquel que no tema admitir
Aquel que sepa pedir perdón
(Aquel que sepa perdonar) 

A ese espero, 

Porque el conformismo está debajo de las sábanas, 
porque es mentira que la felicidad es un instante. 

A eso espero,

A la explosión devastadora de ilusiones falsas ,
al agotamiento de las demostraciones frías.

A quien prefiera una sinfonía de mi espalda 
antes que la noticia del día.
O mis problemas 
atentando contra todas sus soluciones. 

Quien me perciba como una utopía al desnudo,
quien me acaricie con los ojos. 

Espero.

Espero?
No, 
des-espero.

sábado, 11 de julio de 2015

Anfibio

"Todavía no me miraste a los ojos" me dijo esperando que lo desafiara. Horas después iba a encontrarme en su colchón escuchándolo nuevamente "No me mirabas, sabías que no ibas a poder si lo hacías". Quizás tenía razón, quizás ese era mi escudo, mi filtro, mi guardia alta. 

Algo así como quinientos cuarenta y siete días y noches. Será el mismo tiempo que pasó corriendo (y huyendo) ese invierno y verano sin dormir? Curioso es que hoy, querramos eso, dormir. Dormir escuchando una respiración ajena. 
Juro que mientras dormís cantás, no sabías? Inventás instrumentos, sin querer, y yo te escucho, te escucho, te miro, te dudo, te despierto, te encierro, te niego, te pido, te pregunto, te extraño, te quiero.
Luis Alberto, Gustavo, Jorge, Lisandro... Paraíso musical bombardeado por admiraciones e ideas. 

"Voy a hacer una lista de esos momentos juntos... Los buenos y los malos, no importa, los fuertes" 
Promesa sin deuda. Acá está. 

Un baño delirante, un metro por un metro, un beso ruidoso.
Una risa, y vos bajabas.
Unas mil horas sin dormir, enormes pupilas pidiendo música, pidiendo sexo, pidiendo más.
(Esa mañana un mensaje "hoy no puedo ir a trabajar")
Una (millones) "Tocá esta canción del flaco que quiero cantarla"
Una autodestrucción compartida.
Un refugio donde nos encontrábamos, la música.
Dos noches seguidas sin dormir, "the wall" en una pared con escalera.
Unos cuantos "querete" "sos mi amiga" "te quiero"
Un mundo anfibio de sexo sin casualidad.
Una ensalada verde y violeta con un tinto. 
Un "no me importa lo que hiciste, no me interesa" acompañado de esas que fueron las cosas más lindas que alguien me dijo. 
Un "cuándo fue la última vez que sentiste ese amor dentro de la panza?"
Una respuesta sin filtro, sin miedo, "hace unos minutos"

No te vayas, enseñame, quereme, no te olvides. 
No me voy, continúo aprendiendo, te quiero, no te olvido. 


Los pacientes

Sus manos como impacientes. Como la impaciencia misma frente a un cuerpo frágil. 

Frente a una piel de porcelana en su concepto utópico. Frente a la evolución, a los conceptos por explicar, a una espalda infinita, al universo paralelo a lo cotidiano, al exilio de la rutina, a las preguntas sin respuestas, a las respuestas sin preguntas. 

Y detrás... Detrás de cualquier concepto cuadrado o cúbico. Detrás de una sábana, de una soledad, de un pasado, de un prejuicio. Detrás de mí. Respirando, gritando, viviendo, amando. 


viernes, 3 de julio de 2015

En resumen

-Cuidame
-Siempre
-Así
-Ya sé
-Me conocés
-Completa
-Me entrego
-Tranquila
-Tengo miedo
-Estoy acá
-Y si duele?
-Te abrazo
-Fuerte?
-Con amor
-Sos todo
-Cosquillas
-Te prometo
-También
-Sos feliz?
-Vos?
-Qué pensás?
-Estoy triste
-Yo también
-Me lastimaste
-Los dos lo hicimos
-Puta
-Me duele
-Perdoname
-Muero
-Te amo
-Estoy enferma
-Tranquila
-Pastillas, ayuda
-Te acaricio el pelo
-Tengo un cuchillo
-Soltalo, agarrame la mano
-Nunca amé tanto
-No llores más
-Me voy
-No te vayas
-Me fui
-Te extraño
-Volví
-Ya es tarde
-Quereme
-Nunca dejé de hacerlo
-Hablame
-Bueno
-Estoy con alguien
-Otra vez?
-Pero quiero volver
-Conmigo? 
-Sí
-Es tarde (otra vez)
-Pasó el tiempo
-Y nos seguimos queriendo
-Seis años
-Seguimos así
-Abrazame más fuerte
-Reí
-Volvamos
-Tiempo
-Perdón
-Ya pasó
-Me arrepiento
-A veces pasa
-Voy a estar esperando
-De a poco
-Te espero
-Así está bien
-Tocame
-Sí
-Nos vemos mañana?
-Sí
-Nunca encontré a nadie como vos
-Yo tampoco
-Entonces?
-Toda una vida
-Y sigue?
-No sé
-Para siempre
-Para siempre



martes, 30 de junio de 2015

Platón a Sócrates

No entiendo. 
No entiendo por qué la gente se llena de vacío. 
"No entiendo" 
Dije más del último número que conozco antes del infinito al escuchar algo que supuestamente era gracioso.
 
No entiendo. 
Por qué Freya saltó al vacío. 
No entiendo.
Por qué, viejo, te fuiste tantos años mientras me tropezaba en cada paso.

No entiendo.
Cómo sigo respirando,
Cómo me enamoro de todo,
Cómo me conformo cerrando los ojos, 
Cómo necesito nada y aún así siempre me falta algo. 

No entiendo.
Por qué me pegó tan fuerte y lo perdoné cuando me dijo "pero te amo"?
Por qué me desperté ese septiembre llorando de dolor y rodeada de envases vacíos de pastillas ausentes. (Si ése no era el plan)
Por qué creí que era inmune a todo, cuando estaba muriendo.
Por qué creí estar entera, siendo múltiples pedazos. 

No entiendo. 
Ni al que estaba casado, ni al que volvía con el amor de su vida cada semana y no contestaba mis llamadas, ni al que decía que me iba a cuidar y me ofrecía cocaína, ni al que nunca recuerdo su nombre, ni al que era tan bueno conmigo que me aburría. 

No entiendo.
Por qué la matemática es exacta y el amor no tiene explicación. 
Por qué la felicidad no tiene definición ni fórmula. 

No entiendo.
Cómo odio y amo este mundo. 
(Lo torturaría hasta matarlo, y lo besaría hasta desorientarlo)

No entiendo. 
La felicidad. 
Qué es? 
Momento. 
Instante. 
... Se fue...
... Volvió...
... Se escapa...
... Corro para alcanzarla...

"Sólo sé que no sé nada y sabiendo eso algo sé"
Sólo sé que no entiendo, pero sé que para ser feliz no hay explicaciones, 
entonces, es mejor 
no entender.