lunes, 7 de septiembre de 2015

En septiembre me besé el alma

en septiembre 
me besé el alma

besé mi alma para jamás volver a lavar sus pies
estrellé mi frente y mi credulidad 
desaté mis manos y enredé mi pelo 
comprendí y abracé a la soledad

besé mi alma con amor 
besé mi alma entre lágrimas
besé mi alma en sexo salvaje 

quise que tantos la besen
como regalándola ciegamente al infinito
como si la cambiara por mis ojos

la lastimé también, dolió (a veces sigue doliendo)
la lastimaron
le dieron batalla
dolió

aprendí que es de diamante 
que sólo puede romperse si se lo permito
que es indestructible 
que tiene la fuerza de la peor tormenta
que tiene la sensibilidad del cristal 

y ahí me encontré, 
como y donde creí que nunca iba a estar

porque aprendí que los besos provenían de mí
sólo de mí
ni de él, ni de aquel, ni de ella

porque hoy 
no sólo la miro, la sufro, la encierro, la protejo, la alimento
(...)

hoy le hago el amor todas las mañanas
hoy la enamoro con mi música cada minuto

hoy, 
en otro septiembre
me beso el alma