en septiembre
me besé el alma
besé mi alma para jamás volver a lavar sus pies
estrellé mi frente y mi credulidad
desaté mis manos y enredé mi pelo
comprendí y abracé a la soledad
besé mi alma con amor
besé mi alma entre lágrimas
besé mi alma en sexo salvaje
quise que tantos la besen
como regalándola ciegamente al infinito
como si la cambiara por mis ojos
la lastimé también, dolió (a veces sigue doliendo)
la lastimaron
le dieron batalla
dolió
aprendí que es de diamante
que sólo puede romperse si se lo permito
que es indestructible
que tiene la fuerza de la peor tormenta
que tiene la sensibilidad del cristal
y ahí me encontré,
como y donde creí que nunca iba a estar
como y donde creí que nunca iba a estar
porque aprendí que los besos provenían de mí
sólo de mí
ni de él, ni de aquel, ni de ella
porque hoy
no sólo la miro, la sufro, la encierro, la protejo, la alimento
(...)
hoy le hago el amor todas las mañanas
hoy la enamoro con mi música cada minuto
hoy,
en otro septiembre
me beso el alma